
Para poder percibir los sabores tenemos las papilas gustativas que se encuentran situadas en el dorso de la lengua, de ahí que se diga que el órgano del gusto es la lengua. Gracias a ellas las personas somos capaces de distinguir los sabores y así elegir aquellos que nos gustan y los que no.
Al igual que en el resto de los sentidos en el gusto hay unos elementos especializados en una tarea en concreto. En el caso del gusto más que en una tarea están especializados en diferenciar un sabor en concreto.
Para que las papilas puedan realizar su función y diferenciar los sabores, las sustancias deben ser diluidas con la saliva, esto es necesario para que así puedan penetrar en los poros de las células alojadas en las papilas. Se diferencian 4 sabores básicos aunque en los últimos años se ha añadido un nuevo sabor llamado “umami”.
Amargo
Este sabor se percibe en la parte posterior de la lengua. Un ejemplo de alimento que tiene un sabor amargo es el café.
Ácido
Sabor que se percibe en los laterales posteriores de la lengua, gracias a dichas zonas podemos identificar el sabor del limón.
Salado
Sabor que se percibe en los laterales de la parte media de la lengua. El bacalao es un claro ejemplo de un alimento salado.
Dulce
Sabor que se percibe en la punta de la lengua. Y así detectamos el sabor del melón, por ejemplo.
Umami
Es un sabor relativamente nuevo. Los estudios realizados lo sitúan en la parte central de la lengua. Como sucede con los champiñones y el resto de hongos secos, en general, que tienen una gran cantidad de sabor a umami.