Los reyes habían quedado maravillados con la ayuda que habían recibido por parte de nuestra protagonista, pero para Cristina aún quedaba una última cosa. Demostrar que, a pesar de que se habían perdido muchos de los archivos relacionados con los inventos de su antepasado, el famoso autómata de su antepasado era real.
Una de las historias más sorprendentes sobre Juanelo es la leyenda del "hombre de palo". Se dice que Juanelo construyó un autómata, es decir, una especie de robot mecánico hecho de madera y metal, que parecía un hombre. La leyenda dice que este "hombre de palo" podía caminar por las calles de Toledo pidiendo limosna, haciendo un breve movimiento cuando alguien le daba dinero.
La niña decidió, como última tarea, diseñar un autómata, combinando las ideas de Juanelo con los conocimientos y elementos propios de su época como sensores de distancia o color.
Cuando mostró el autómata a la realeza, estos se dieron cuenta de la maravilla que había creado Juanelo, por lo que decidieron crear un museo con todos los inventos e historias del famoso inventor en la ciudad, así como renombrar una de las calles más importantes de la ciudad en honor al famoso hombre de palo.
Como muestra de agradecimiento, los reyes le entregaron la pieza que le faltaba a Cristina y esta pudo viajar de vuelta a su época con la enorme satisfacción de haber ayudado a recomponer la historia de nuestro país y la de su familia.
Lectura facilitada
Cristina tenía que demostrar que, a pesar de que se habían perdido muchos de los archivos relacionados con los inventos de su antepasado, el famoso autómata de su antepasado era real.
Una de las historias más sorprendentes sobre Juanelo es la leyenda del "Hombre de Palo".
Se dice que Juanelo construyó un autómata, es decir, una especie de robot mecánico hecho de madera y metal, que parecía un hombre.
La leyenda dice que este "hombre de palo" podía caminar por las calles de Toledo pidiendo limosna, haciendo un breve movimiento cuando alguien le daba dinero.
La niña decidió, como última tarea, diseñar un autómata, combinando las ideas de Juanelo con los conocimientos y elementos propios de su época como sensores de distancia o color.
Como muestra de agradecimiento, los reyes le entregaron la pieza que le faltaba a Cristina y esta pudo viajar de vuelta a su época con la enorme satisfacción de haber ayudado a recomponer la historia de nuestro país y la de su familia.